Retención de líquidos

Nuestro cuerpo está compuesto en un 72% por agua y está constantemente equilibrando los niveles de líquido que tiene por medio del sistema linfático. Este es, al igual que el sistema circulatorio, con sus venas y arterias que llevan sangre, otra extensa red de conductos, en este caso compuesto por los ganglios y conductos linfáticos, que transportan un líquido llamado linfa, proveniente de la sangre y que regresa a ella.

Funciones del sistema linfático

El sistema linfático es uno de los más importantes del cuerpo y, sin embargo, un gran desconocido para mucha gente. Realiza importante funciones a favor de la limpieza y la defensa del cuerpo. Cumple con cuatro funciones básicas:

  • Formar y activar el sistema inmunitario, las defensas del organismo.
  • Recolecta el “quilo” a partir del contenido intestinal, un producto que tiene un elevado contenido en grasas.
  • Mantener el equilibrio entre el líquido intravascular (dentro de los vasos sanguineos) e intracelular (dentro de las células), con el intersticial, es decir, el que se encuentra entre ambos, en los tejidos alrededor de las células.
  • Controla la cantidad de proteínas del intersticio, el volumen del líquido intersticial y su presión. Cuando tenemos más líquido intersticial es cuando podemos decir que tenemos retención de líquidos.

retencion liquidos

Síntomas de la retención de líquidos

Una vez que conocemos un poco más lo que es y para qué sirve el sistema linfático, vamos a ver cuáles son los síntomas si hay un desequilibrio en estas funciones y empezamos a acumular líquido: piernas pesadas o con dolor en épocas de calor, tobillos inflamados, manos hinchadas, aumento del peso corporal e incluso celulitis.

Causas de la retención de líquidos

Las principales causas de la retención de líquidos son:

  • Reacciones inflamatorias: por traumatismos o golpes, alergias…
  • Trastornos circulatorios: enlentecimiento del retorno sanguíneo y linfático, haciendo que el líquido vaya al intersticio.
  • Enfermedades de algunos órganos: hígado, riñón, corazón…
  • Sedentarismo: falta de actividad física, trabajos que obligan a permanecer sentado o de pie muchas horas seguidas…
  • Estrés: los nervios y angustia desequilibran el sistema hormonal
  • Medicamentos: hay determinados fármacos que favorecen la retención de líquidos, como los anticonceptivos orales, corticoides, antiinflamatorios…
  • Factores climáticos: el exceso de calor o los cambios de presión atmosférica pueden influir.

¿Cómo evitar la retención de líquidos?

Hay algunos factores sobre los que no podemos influir, pero podemos tener en cuenta ciertas cosas para evitar que esto ocurra, o intentar reducirlo:

  • Alimentación: es importante comer vegetales y fruta, algunos son especialmente drenantes, como los espárragos, alcachofas, cebolla, piña, etc. Además, habrá que controlar el consumo de sal y de grasas saturadas.
  • Beber: hay que beber bastante agua y líquidos a lo largo del día, unos 2 litros. Cuanta más agua recibe el cuerpo, entiende que no hay necesidad de “retener” por si más adelante no le dan, de modo que si casi no bebemos, el cuerpo la retendrá por si acaso le hace falta más adelante.
  • Infusiones: hay algunas plantas diuréticas como la cola de caballo o el diente de león.
  • Ejercicio moderado: activa la musculatura y por tanto la circulación.
  • Drenaje Linfático Manual: es una técnica de fisioterapia, un masaje terapéutico de baja presión, que activa el funcionamiento del sistema linfático superficial en la parte del cuerpo donde se haga.
  • Presoterapia: tratamiento que favorece el drenaje linfático y mejora la circulación por medio de la presión de aire secuencial dentro de unas botas, en el caso de las piernas. También se puede hacer en brazos y zona abdominal.
  • Vendajes o medias compresivas: especialmente indicados para gente que tiene que permanecer muchas horas de pie.

En nuestro centro de fisioterapia y fisioestética en Zaragoza encontrarás tratamientos para combatir la retención de líquidos, como el drenaje linfático manual o la presoterapia.

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Bajo ese nombre tan raro se esconde una lesión que tal vez alguno haya tenido y no sabía qué era.

¿QUÉ ES LA SACROILEÍTIS?

La sacroileítis es una inflamación de la articulación sacroilíaca, es decir, la articulación entre el sacro y el hueso de la pelvis que se llama ilíaco. Tenemos dos articulaciones, una a cada lado del sacro, y esta inflamación puede producirse sólo en una o en las dos simultáneamente.

sacroileitisEstas articulaciones son la unión de la pelvis con la columna vertebral, y se estabilizan gracias a fuertes ligamentos que permiten poco movimiento del sacro, rotación anterior y posterior (nutación/contranutación).

La sacroileítis es difícil de diagnosticar mediante radiografía, ya que tarda en mostrarse. Mientras tanto, la articulación va irritándose y desgastándose.

CAUSAS DE LA SACROILEÍTIS

Las causas más comunes son:

  • Traumatismo: un impacto directo, una caída que fuerce la movilidad de alguna de estas articulaciones, o incluso los microtraumatismos en algún entrenamiento deportivo forzado, que solicite mucho esa zona.
  • Malas posturas: también influye mucho la estática de cada persona, las posiciones que adopta, y la forma que tiene de andar, sentarse, agacharse, etc.
  • Artrosis/artritis: cuando el cartílago de la articulación de va desgastando y aparece una reacción inflamatoria.
  • Embarazo: el peso que soportan las embarazadas en especial en los últimos meses de gestación, lo reciben las lumbares, arqueando más esa zona (aumenta la lordosis), lo que hace que el sacro tienda a rotar hacia delante, forzando las articulaciones sacroílíacas. Además los cambios hormonales afectan a los ligamentos, encargados de estabilizar estas articulaciones.

SÍNTOMAS DE LA SACROILEÍTIS

Los síntomas más comunes  son dolor en la zona del sacro, que puede ir hacia glúteo, cadera y pelvis, y se intensifica al estar mucho rato de pie; pérdida de movilidad (muchas veces dada por el dolor que provocan estos movimientos), y contracturas musculares en los músculos cercanos, como por ejemplo los piramidales o piriformes.

TRATAMIENTO DE LA SACROILEÍTIS

El tratamiento desde el punto de vista de la fisioterapia consistiría en acelerar el proceso de curación, calmar el dolor, relajar la musculatura, reeducar los movimientos y fortalecer bien la zona una vez esté recuperada. Al principio es importante no forzar las articulaciones, no levantar pesos, y dejar unos días la práctica deportiva.

Progresivamente, una vez el dolor haya remitido, se retomarán las actividades normales. Hay que tener cuidado de no confiarse, ya que puede haber una fase de mejora y si solicitamos más esa zona tener una recaída.

Desde Zaragoza podemos ayudarte con el tratamiento de fisioterapia en nuestra consulta.

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Aplicaciones del hielo

La fisioterapia trata diversos tipos de lesiones por medio de métodos naturales. Existen muchas técnicas, y la aplicación de hielo sobre el organismo es una de ellas, la cual se conoce como crioterapia.

Todos habréis oído que cuando te tuerces un tobillo o te das un golpe fuerte, hay que aplicarse hielo lo antes posible para controlar la inflamación. Esto es porque el hielo tiene un efecto antiinflamatorio y analgésico.hielo

No obstante, hay dos vertientes respecto a este tema: una defiende esta postura de aplicación de hielo tras la lesión que provoca inflamación, y otra es contraria, porque dice que es mejor dejar que se inflame la zona.

La explicación a esto es porque la inflamación es un proceso fisiológico de curación del propio cuerpo, esencial y necesario para la protección y reparación de los tejidos.

Al producirse una lesión, nuestro organismo desencadena una serie de reacciones para evitar o minimizar los daños. Se produce una vasodilatación (los vasos sanguíneos se ensanchan), con lo que se aumenta el flujo sanguíneo. La sangre transporta células como leucocitos (encargados de la respuesta inmunitaria) y plaquetas (coagulan la sangre para evitar hemorragias), por lo que hay gente que defiende que es mejor dejar que se produzca al completo el proceso inflamatorio para que lleguen más células de este tipo a la zona lesionada.

El proceso inflamatorio como vemos es imprescindible para favorecer la regeneración del tejido lesionado, sin embargo, la inflamación también conlleva efectos indeseados. Cuando una zona está muy inflamada produce dolor, ya que presiona los nociceptores (receptores del dolor) y, además entre otras cosas, dejará fibrosis en la zona, por los desechos que se producen tras el proceso inflamatorio.

Desde mi punto de vista, la mejor opción es dejar que haya inflamación, pero controlada, por lo que sí que estoy a favor de la aplicación de hielo tras una lesión. Al aplicar frío en la zona, provocamos una vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos), disminuimos la llegada de sangre, lo que no implica que se detenga el proceso inflamatorio, sino que lo atenúa, de manera que podemos modular la inflamación en la zona lesionada.

EFECTOS DEL HIELO

Los efectos terapéuticos que tiene el hielo son:

  • Disminuye el dolor
  • Reduce el edema y atenúa el proceso inflamatorio
  • Disminuye la reacción muscular ante el dolor
  • Reduce el metabolismo celular

Todos ellos tienen un mismo objetivo, favorecer la movilidad y recuperar la función lo antes posible. Así que ya sabéis, como he dicho otras veces, en lesiones en las que aparece inflamación, como pueda ser un esguince, una parte importante del tratamiento es la aplicación de hielo en la zona para evitar que la inflamación se descontrole.

Nos puedes encontrar en Zaragoza en Fisioterapia Eva Tello Cadarso.

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¿QUÉ ES LA BURSITIS?

La bursitis es la inflamación de una bolsa serosa (bursa). Estas bolsas se encuentran entre huesos, tendones y músculos, en lugares donde hay puntos de roce, para facilitar el movimiento de las articulaciones, haciendo que deslicen correctamente entre sí estas estructuras.

CAUSAS DE LA BURSITIS

 

Existen diversas causas para que se produzca la irritación de una bursa. En el mundo del deporte, la más común es el uso excesivo de una articulación de manera crónica o los traumatismos. Puede aparecer en muchas articulaciones, como hombro, codo, rodilla, pie, etc. Y en el caso del fútbol sala, los porteros son más susceptibles de sufrirla en la cadera, por las continuas caídas laterales al suelo, en las que esta articulación sufre un traumatismo directo.bursitis

SÍNTOMAS DE LA BURSITIS

Los síntomas que suelen aparecer son dolor e incapacidad de realizar determinados movimientos, aunque dependen de la zona que esté afectada. Puede aparecer de manera repentina o ir aumentando el dolor progresivamente. Otros síntomas pueden ser sensibilidad en la zona, hinchazón, enrojecimiento, etc.

TRATAMIENTO DE LA BURSITIS

El tratamiento consistiría en hacer algo de reposo y empezar con sesiones de fisioterapia lo antes posible. Mientras tanto, es aconsejable aplicar hielo en la zona si está inflamada, y si hay mucho dolor, tomar antiinflamatorios.

En casos en los que el dolor persiste, o hay excesiva inflamación, puede extraerse líquido de la bolsa e incluso inyectar corticoestiroides, aunque el abuso de los esteroides puede lesionar los tendones cercanos.

Si se ha perdido masa muscular, a medida que el dolor desaparece, habría que ir empezando con ejercicios específicos de fortalecimiento.

PREVENCIÓN DE LA BURSITIS

Para prevenir su aparición, sería aconsejable evitar movimientos repetitivos, y en el caso de los traumatismos, poner protecciones en las zonas más expuestas a recibir golpes, como por ejemplo mallas con protección lateral para amortiguar el impacto en las caderas.

Desde Zaragoza, en Fisioterapia Eva Tello Cadarso estamos para ayudarte.

 

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Rotura de meniscos

Hace unas semanas hablamos de la rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) de rodilla, una de las lesiones que forman la famosa triada. Hoy hablaremos de otra de las lesiones que la componen, la rotura de meniscos.

¿Qué son los meniscos?

Los meniscos son dos estructuras fibrocartilaginosas en forma de media luna que tienen la función de amortiguar las cargas en el interior de la rodilla. Cuando alguno se rompe, se reduce el efecto almohadilla que tiene, y en los casos en que algún fragmento queda suelto, puede desplazarse y dificultar la movilidad.

Causas de la rotura de meniscos

Esta lesión aparece en especial en deportistas, siendo más frecuente la rotura del menisco interno. La causa más común es una rotación de la pierna con el pie que soporta el peso del cuerpo inmovilizado en el suelo, o un golpe sobre esa pierna si está en ligera flexión y rotación; aunque también puede ser por compresiones y tracciones repetitivas o bruscas, como puede ser el salir a correr en exceso.rotura menisco

Síntomas de la rotura de menisco

En muchos casos, en el momento de la lesión puede oírse un ruido seco. Los síntomas que aparecen al romperse un menisco son:

  • Dolor, que suele aumentar al cargar o mover la rodilla lesionada, aunque permite andar en algunos casos.
  • Inflamación por aumento del líquido intra-articular de la rodilla.
  • Bloqueo de la movilidad, o frecuentes crujidos al moverla.
  • Incapacidad para estirar por completo la rodilla.

Tratamiento de la rotura de menisco

En algunos casos, si la persona puede hacer vida normal y no le provoca dolor, no se opera. El tratamiento sería aplicar hielo para controlar la inflamación, darle reposo y hacer ejercicios para ganar estabilidad en la rodilla.

Si se trata de una persona deportista, que lleva idea de darle uso a la rodilla, o si hubiera dolor en actividades de la vida diaria, lo más normal es pasar al tratamiento quirúrgico. El que más se lleva a cabo es la meniscectomía por artroscopia, es decir, se arregla o se quita el menisco roto accediendo al interior de la articulación con instrumental pequeño y sin necesidad de abrir demasiado y dejar grandes cicatrices.

Las ventajas de esta técnica son la reanudación más rápida del deporte, permite ver directamente qué estructuras están lesionadas y valorar si es posible la sutura del menisco roto. Siempre que sea posible, la mejor opción es reconstruir el menisco para que éste siga amortiguando; en los casos en que no es posible, se debe quitar, lo que implica un mayor desgaste de los cartílagos de ahí en adelante.

La rehabilitación empezará poniendo hielo varias veces al día, una venda de contención, y comenzando a andar a partir del día siguiente de la operación con apoyo progresivo, siempre que el médico de permiso, no en todos los casos es aconsejable. En ocasiones, habría que utilizar muletas durante dos semanas.

Desde el punto de vista de la fisioterapia se harán masajes drenantes, movilizaciones para ir ganando la flexión y extensión de rodilla, trabajo muscular empezando por ejercicios isométricos, evitando los primeros días subir y bajar escaleras.

A partir de la 2ª semana se potencia el trabajo muscular con electroterapia (corrientes que ayudan a reforzar nuestra propia contracción muscular, reclutando más fibras musculares), se añaden ejercicios de toda la musculatura de la extremidad inferior (cuádriceps, isquiotibiales, aductores, abductores, gemelos…), haciendo también estiramientos.

A partir de la 3ª semana meteremos ejercicios de propiocepción (equilibrio) y saltos con apoyo bipodal. Y a partir de la 4ª semana empezaremos a correr sobre terreno blando y a hacer ejercicios específicos del deporte que se practica, de manera que cuando llevemos más o menos un mes de rehabilitación podamos reanudar los entrenamientos.

En Fisioterapia Eva Tello Cadarso en Zaragoza hacemos este tipo de rehabilitaciones. Los tiempos suelen ser los indicados, aunque cada persona es un mundo y dependiendo del resultado de la operación, la edad, actividad realizada, etc, estos tiempos pueden cambiar.

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