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Packs embarazo Zaragoza
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¿En qué consiste?

La valoración del suelo pélvico en embarazadas la realizamos a partir de la semana 32.

Empezamos analizando tu postura, ya que es muy importante que tu cuerpo se adapte correctamente a este cambio de peso en el abdomen y afecte lo menos posible a tu suelo pélvico, tu musculatura abdominal, tus lumbares y tu diafragma.

Valoramos en la medida de lo posible cómo se encuentra tu musculatura abdominal y qué tal estás llevando la respiración, ya que el diafragma cada vez tiene menos espacio para trabajar correctamente, y toda presión añadida sobre la cavidad abdominal puede repercutir negativamente sobre tu suelo pélvico.

A nivel del suelo pélvico en sí, comprobamos la resistencia y fuerza de esta musculatura, si hay alguna zona especialmente tensa o dolor a la presión… incluso en caso de tener ciática, se puede valorar musculatura interna que muchas veces es la culpable de esos dolores por compresión del nervio ciático.

En función de cómo esté tu musculatura te mandaremos “deberes” para que vayas haciendo en casa durante las últimas semanas de embarazo y llegues lo mejor preparada posible al parto y facilitar una mejor recuperación postparto.

La valoración del suelo pélvico en el postparto la realizamos una vez pasada la cuarentena y tras la revisión ginecológica. Si está todo bien a nivel médico, pasamos a comprobar qué tal está la musculatura del suelo pélvico, posibles cicatrices, etc.

Dependiendo de los hallazgos pautaremos unos ejercicios u otros, y en caso de ser necesario realizaremos tratamiento para recuperar esas disfunciones del suelo pélvico que han podido aparecer. Hay que tener en cuenta que el embarazo y el parto implican un gran sufrimiento para nuestro suelo pélvico y faja abdominal, por lo que aunque no haya grandes problemas, siempre es recomendable hacerse una revisión y acelerar el proceso de recuperación poniendo un poco de nuestra parte.

El masaje perineal es una técnica que se utiliza para mejorar la elasticidad del periné, musculatura del suelo pélvico, para prepararlo para el momento del parto.

Lo ideal es hacer masaje perineal durante las últimas 8 semanas del embarazo para ayudar a evitar la necesidad de recurrir a la episiotomía y minimizar el riesgo de desgarros durante la salida de la cabeza del bebé.

Normalmente recomendamos venir una vez a la semana a que lo haga una de nuestras fisioterapeutas especializadas en suelo pélvico y obstetricia, pero también puede venir tu pareja en la primera sesión y enseñarle a realizarlo para que puedas seguir relajando el periné entre una sesión y otra.

El EPI-NO es una sonda vaginal con forma de globito que se puede ir hinchando y sirve para dar masaje en el periné e ir ganando elasticidad en la musculatura para intentar evitar la episiotomía o desgarros en el parto.

Además, las últimas semanas se hacen simulaciones de pujos para que aprendas a empujar y vayas bien preparada al momento del parto, de manera que llegues con más confianza sabiendo cómo actuar y se reduzca el tiempo del expulsivo que es cuando más puede sufrir tanto el bebé como tu suelo pélvico.

Está demostrado que un embarazo activo es mucho más saludable que un embarazo en reposo (salvo que tu médico te lo indique por alguna complicación médica).

En las clases de Pilates para embarazadas se adaptan los ejercicios conforme tu cuerpo va cambiando, tanto en intensidad como en posturas o adaptaciones.

La preparación al parto la realizamos desde el principio del embarazo, ya que sobre todo en el primer y tercer trimestre se puede ir ayudando a la madre a evitar las molestias derivadas de todo el cambio postural  que se produce (ciáticas, lumbalgias, dolores costales, síndromes del túnel del carpo, etc) con terapia manual, además de con ejercicios que os pueden ayudar más adelante para llegar en las condiciones más óptimas.

Durante todo este proceso además os podemos ir informando y orientando sobre todas las dudas que surjan en esta etapa.

Durante el embarazo y en especial en los últimos meses, es muy común que aparezca retención de líquidos o arañas vasculares, por la presión que ejerce el crecimiento del bebé sobre los vasos linfáticos o sanguíneos a ese nivel.

El drenaje linfático es una técnica que se realiza empleando las manos a través de movimientos muy lentos, suaves y repetitivos que favorecen la circulación de la linfa, mejorando así la inflamación de las piernas y los pies.

Durante el embarazo aparece la diástasis abdominal. Se trata de la separación de los músculos rectos del abdomen para crear espacio al bebé en la cavidad abdominal.

Tras el parto, esta separación debe ir disminuyendo y ese tejido conectivo que estaba sobreestirado debe ir recuperando su función de sostén. Consideramos “normal” hasta una separación de unos 2cm entre los rectos abdominales.

Cuando este tejido conectivo ha sobrepasado los límites de su elasticidad pierde su capacidad de recuperación y como consecuencia su correcta función de sostén y acercamiento de los músculos rectos abdominales.

Para valorar la diástasis abdominal en el postparto utilizamos nuestro ecógrafo. De esta manera vemos objetivamente la distancia que hay entre los rectos abdominales, podemos cuantificarlo y controlar su evolución. Además, podemos valorar en movimiento cómo se comporta ese tejido al activar la musculatura abdominal.

Además, contamos con un equipo de diatermia, tratamiento ideal para mejorar la calidad del tejido lesionado en la diástasis y favorecer la aproximación de los rectos abdominales de nuevo.

Utilizamos la ecografía para valorar la diástasis abdominal en el postparto.

Gracias a ella podemos ver cómo está ese tejido conectivo, cómo de separados están los rectos abdominales y cuál es su comportamiento al aumentar la presión dentro de la cavidad abdominal.

En los casos que se detecte una distancia mayor de 2cm se pautan ejercicios, como por ejemplo la gimnasia abdominal hipopresiva, y a se puede ir valorando al tiempo la evolución de la diástasis abdominal.

La gimnasia abdominal hipopresiva c­­­­onsiste en disminuir la presión dentro del espacio abdominal.

Esta gimnasia engloba una serie de técnicas, mediante diferentes posturas y movimientos y por medio de una contracción del músculo diafragma en espiración (apnea espiratoria) conseguimos literalmente hacer un efecto de succión de nuestras vísceras.

El resultado es una presión negativa dentro de las cavidad abdominal y pélvica, lo que provoca una reacción tónica refleja de contracción de la musculatura del suelo pélvico y de la faja abdominal.

Es el ejercicio más indicado durante el postparto, ya que fortalece la musculatura que más se debilita durante el embarazo, mejora la postura y todo ello sin riesgos para tu suelo pélvico o diástasis abdominal.

Una vez pasada la cuarentena y tras la revisión ginecológica se realiza la valoración del suelo pélvico a nivel fisioterápico, para comprobar el estado de la musculatura, posibles cicatrices, prolapsos, etc.

Dependiendo del estado del suelo pélvico se pautan unos ejercicios y en caso de ser necesario se realiza un tratamiento específico para la recuperación postparto.

Algunas de las técnicas utilizadas son la reeducación y pauta de ejercicios de la musculatura abdominal y pelviana, terapia manual, electroestimulación, biofeedback, EPI-NO, técnicas comportamentales, desarrollo de programas preventivos y terapéuticos…

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