Tendinitis
Todos hemos oído hablar de la tendinitis, ya que es una lesión muy común dentro del mundo deportivo. Hoy vamos a hablar más en profundidad de ella, y comentaremos cuáles son las que más afectan a los futbolistas en concreto.
¿Qué es la tendinitis?
La tendinitis, como su propio nombre indica, es una inflamación (-itis) del tendón, la estructura fibrosa que une el músculo con el hueso.
Últimamente se han hecho estudios que hablan de que es más correcto llamarlo “tendinosis” en vez de “tendinitis” ya que han demostrado que no se trata de un proceso inflamatorio como tal, sino de un proceso degenerativo que afecta a la estructura interna del tendón.
Normalmente esta patología aparece por sobreuso, ya que se somete al tendón a un exceso de trabajo durante períodos prolongados de tiempo. Los síntomas que aparecen son dolor y sensibilidad a lo largo del tendón, especialmente cerca de la articulación. El dolor es más intenso cuando está frío, es decir, por la mañana cuando nos levantamos o cuando llevamos un rato sin moverlo; y empeora al contraer el músculo o estirarlo.
Tendinitis más comunes
Los tendones de los músculos que se ven más afectados en la práctica del fútbol son: tendón rotuliano, tendón de Aquiles, y los tendones de la musculatura aductora (pubalgia, de la que ya hablamos).
La tendinitis rotuliana (o rodilla del saltador) suele aparecer por forzar más de la cuenta en acciones de frenado. El dolor aparece justo debajo de la rótula, y se intensifica al subir y bajar escaleras, correr o saltar.
La tendinitis aquilea puede aparecer por distintos motivos, pero el hecho de correr suele ser el desencadenante. El dolor aparece en la parte posterior de la pierna, detrás de la articulación del tobillo y a veces zona del talón. Se intensifica al ponernos de puntillas.
Tratamiento de la tendinitis
La importancia de iniciar el tratamiento a tiempo es vital para minimizar el riesgo de cronificar la lesión.
El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y reducir la inflamación, mejorando la calidad del tejido. Es primordial guardar reposo durante unas semanas, por lo menos sin practicar el ejercicio que nos lo ha provocado, para no repetir los mismos gestos lesivos.
En las primeras fases podemos aplicar hielo para controlar la inflamación, y cuanto antes empezar con las sesiones de fisioterapia (ultrasonidos, electroterapia, masaje, cyriax, gancheo, etc)
Debemos hacer ejercicios de fortalecimiento del músculo en el que tengamos la tendinitis de manera progresiva, y hacer estiramientos hasta el límite del dolor, notando solo tensión (el dolor siempre nos avisa de que no debemos ir más allá). De esta manera iremos ganando flexibilidad en el músculo y el tendón, quitando tensión a éste último.
¿Cómo prevenir la tendinitis?
La vuelta a la actividad debe ser de manera progresiva. Para prevenir la aparición de tendinitis debemos evitar gestos repetitivos o que superen nuestra capacidad, mantener los músculos fuertes y flexibles y calentar siempre antes de hacer ejercicio, y recuperar después.
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