Mareo tras el ejercicio
¿Por qué te puedes sentir mareado después de hacer ejercicio?
A veces tenemos sensación de mareo o aturdimiento tras el ejercicio. Esto puede deberse a una falta de aporte de oxígeno o sangre al cerebro, un bajo nivel de azúcar en sangre, deshidratación, sobrecalentamiento o golpe de calor, una bajada de tensión o una interrupción brusca del ejercicio entre otras.
Mientras practicamos algún deporte, como estamos solicitando más de la cuenta los músculos, el aporte de sangre se centra en las partes del cuerpo que más lo necesitan en ese momento, y en algunas ocasiones no llega la suficiente sangre al cerebro y puede dar lugar a sensación de mareo o incluso náuseas.
Desde el punto de vista de la hidratación, en muchas ocasiones esa es la causa del mareo, ya que mientras hacemos deporte, para regular la temperatura de nuestro cuerpo sudamos. Si esto se mantiene durante un tiempo prolongado, y más aún si es verano y hace calor, perdemos una considerable cantidad de agua. De ahí la importancia de hidratarse bien, beber agua antes de empezar la actividad, un poco durante y también al terminar.
Sería bueno beberse al menos dos vasos de agua en las dos horas previas a iniciar la actividad. Hay que tener en cuenta que el cuerpo asimila unos 200ml de agua cada 20 minutos, por lo que no sirve de nada beberse todo el agua de vez, porque la que al cuerpo no le de tiempo de asimilar, la eliminaremos directamente y no aportará hidratación. Es preferible beber menos cantidad y en varias ocasiones. La cantidad total de agua que hay que beber durante el ejercicio también dependerá de lo que sude cada persona. No obstante, si la actividad dura más de una hora, sería recomendable beber además alguna bebida isotónica para aportar también glucosa y electrolitos. De esta manera, si nos mantenemos bien hidratados evitaremos consecuencias de la deshidratación como mareos, disminución del rendimiento físico, somnolencia, calambres musculares, taquicardias, etc.
La hipoglucemia, o un bajo nivel de azúcar en sangre, tiene lugar cuando no tenemos suficiente glucosa en el torrente sanguíneo. Esto puede ocurrirle a diabéticos, o personas que en principio no tienen ningún problema, pero al hacer alguna actividad vigorosa los músculos consumen la glucosa de la que disponen en sangre. Es por ello que la alimentación juega un papel muy importante. Deberíamos comer alimentos ricos en hidratos de carbono si se practica ejercicio regular, o algo ligero en la hora previa a iniciar la actividad, como una pieza de fruta o unas galletas.
En el caso de sobrecalentamiento, esto sucede cuando se hace ejercicio y hay mucho calor en el ambiente, por ejemplo en verano o salas en las que se aumenta la temperatura en exceso, y no sudamos lo suficiente, que es nuestro mecanismo de regulación de la temperatura corporal, por lo que acaba dándonos un golpe de calor y sintiendo mareo o sensación de desmayo.
De igual manera, no es bueno empezar directamente a hacer ejercicio sin un calentamiento previo, así como parar bruscamente y no hacer una vuelta a la calma. Esto ocurre repetidamente en el caso de deportes como el fútbol sala, ya que cada vez que se hacen cambios de jugadores, estos van directamente al banquillo. Es aconsejable aumentar o disminuir la intensidad del ejercicio gradualmente, para que todos los sistemas del cuerpo mantengan su equilibrio.
Como veis, hay muchas posibles causas, de modo que lo mejor es observarse y ver qué es lo que puede estar fallando. No obstante, todos los consejos anteriormente citados es mejor tenerlos en cuenta, como siempre digo, más vale prevenir que curar.
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