La mielitis transversa y la fisioterapia

La mielitis transversa es una afección neurológica poco común, que afecta a la transmisión nerviosa desde la médula al resto del cuerpo.

¿Qué es la mielitis transversa?

La mielitis transversa es un trastorno neurológico causado por un proceso inflamatorio a nivel de la médula espinal, en un determinado segmento de manera transversal. Esta inflamación acaba dañando a la vaina de mielina, el recubrimiento de las células nerviosas cuya función es proteger los nervios, lo que acaba desencadenando un bloqueo en la conducción de los impulsos nerviosos desde los nervios espinales hasta el resto del cuerpo.

¿Qué causa la mielitis?

La mielitis transversa no es una afección muy común, aunque puede aparecer en cualquier persona independientemente de su sexo, edad o raza. En muchos casos se desconoce su causa, aunque hay algunos factores que pueden favorecer su aparición.

Factores de aparición de la mielitis transversa:

  • Como reacción inmunitaria en personas con trastorno de sistema inmunitario, como esclerosis múltiple, lupus, enfermedad de Lyme, etc
  • Personas que toman determinados fármacos
  • Personas con trastornos inflamatorios, incluyendo de los vasos sanguíneos (vasculitis)
  • Infecciones bacterianas, víricas, etc

¿Cuáles son los síntomas de la mielitis?

Los síntomas de la mielitis transversa suelen aparecer durante unas horas o días, aunque en algunos casos pueden ir evolucionando gradualmente durante las siguientes semanas.

Los síntomas aparecen desde el nivel afectado hacia la parte del cuerpo que queda por debajo de ese nivel, pudiendo afectar a un sólo lado del cuerpo o a ambos.

Algunos de los signos y síntomas de la mielitis son:

  • Dolor: se inicia de forma súbita en la parte baja de la espalda. Suele sentirse una sensación de tirantez a la altura del nivel afectado, ya sea alrededor del pecho o el abdomen. También puede aparecer dolor agudo en piernas, brazos o cuello. Los síntomas dependerán de la parte de la médula espinal que resulte afectada y del grado de inflamación que haya.
  • Sensaciones anormales: algunas de ellas pueden ser entumecimiento, hormigueo, frío, ardor… Puede aparecer hipersensibilidad en el tacto o a la temperatura. O sentir sensación de opresión sobre la piel en piernas, abdomen o pecho.
  • Debilidad: suele aparecer en primer lugar en los pies y puede ir extendiéndose hacia arriba por las piernas o sentir debilidad en los brazos. Algunas personas notan pesadez en las piernas, con dificultad para despegar los pies al caminar. Puede haber distintos grados de debilidad, dificultando la movilidad o incluso llegando a la inmovilidad total.
  • Problemas de vejiga e intestinos: puede aparecer dificultad para orinar y estreñimiento, o en algunos casos aparece la necesidad de orinar con más frecuencia, tener sensación de urgencia o incluso incontinencia urinaria.

La importancia de la Fisioterapia para la mielitis transversa

Para recuperarse de la mielitis transversa resulta esencial recurrir a un buen tratamiento de fisioterapia neurológica. De esta manera conseguiremos acelerar el proceso de curación y recuperar nuestro estado físico previo a la enfermedad.

En algunos casos la mielitis transversa puede dejar secuelas, ya que una parte de los nervios puede quedar afectada. Algunas de estas secuelas podrían ser:

  • Alteraciones de la sensibilidad: como hormigueo, adormecimiento, pérdida de sensación al tacto, pinchazos…
  • Alteraciones de la movilidad: debilidad, falta de control motor, incapacidad para contraer ciertos músculos…

El pronóstico de recuperación de estas secuelas depende de la gravedad de estas y de la rapidez con la que se comience el tratamiento de fisioterapia para intentar mejorar esos síntomas restantes.

Tratamiento fisioterapéutico para mielitis transversa

El tratamiento de fisioterapia neurológica será individualizado para cada persona según sus síntomas y secuelas e irá encaminado a la recuperación de la funcionalidad perdida por la mielopatía.

Dependiendo de si la afectación es más sensitiva o motora se recurrirán a diferentes técnicas de tratamiento.

Información tratamiento fisioterapéutico

Servicio de fisioterapia

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Parálisis de Bell: causas, síntomas y tratamiento

Probablemente conozcas a alguien que haya sufrido en algún momento una parálisis facial, característica con el “descolgamiento” de un lado de la cara, con imposibilidad o dificultad para sonreír o pestañear. O tal vez si estás leyendo esto te haya sucedido a ti.

Aquí te cuento todo lo que tienes que saber sobre este trastorno que afecta no sólo físicamente, sino también psicológicamente al que lo padece.

¿Qué es la parálisis de Bell?

La parálisis de Bell también es conocida como parálisis facial periférica aguda, provocada por una afectación del nervio facial, el séptimo par craneal, que sale por un pequeño orificio en el cráneo hasta llegar a la cara, atravesando la glándula parótida, encargada de la salivación, y posteriormente inerva la musculatura encargada de la expresión facial. En esta imagen podemos ver el recorrido de sus ramas.

La parálisis de Bell afecta a un sólo lado de la cara, impidiendo la contracción de los músculos inervados por el nervio facial, lo que se muestra con una asimetría en la cara. Un lado continúa moviéndose igual que siempre, y el lado afecto se ve caído, ya que no es capaz de mover el párpado con normalidad, no puede cerrar el ojo por completo, ni levantar la ceja, ni sonreír…

El nervio facial es un nervio mixto, es decir, tiene fibras tanto motoras como sensitivas. Cuando está afectado, además de paralizar los músculos faciales, influye en el lagrimeo, la salivación y el sentido del gusto, además de afectar a un pequeño hueso que se encuentra en medio del oído.

¿Cuáles son las causas de la parálisis facial de Bell?

La causa de la parálisis de Bell es desconocida, no se sabe a qué se debe la inflamación del nervio facial. Los científicos creen que es una reacción a una infección vírica. Puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en embarazadas, especialmente en el tercer trimestre o justo después de dar a luz, diabéticos y personas con infección en vías respiratorias altas, como podría ser una gripe o un resfriado.

Normalmente durante los primeros días pueden empeorar los síntomas, pero en la mayoría de los casos igual que aparece se va. En unas cuantas semanas suele empezar a verse mejoría y en unos meses suele remitir y se recupera la movilidad por completo. Aunque existe un pequeño porcentaje de gente a la que le persisten parte de los síntomas de por vida. por un daño irreversible en el nervio facial.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la parálisis de Bell aparecen de manera repentina en un lado de la cara. En muy rara ocasión puede darse en los dos simultáneamente. Algunos de los signos o síntomas puedes ser:

  • Debilidad leve o parálisis total de un lado de la cara, con una evolución de horas o días
  • Caída de un lado de la cara y dificultad o imposibilidad para mostrar expresión facial en ese lado, como cerrar un ojo, levantar la ceja o sonreír
  • Dolor en mandíbula o zona periférica a la oreja del lado afectado
  • Babeo por falta de movilidad del labio
  • Dolor de cabeza
  • Alteración del sentido del gusto
  • Producción excesiva o escasa de lágrimas y saliva
  • Alteración de la sensibilidad al sonido en el lado afectado

¿Cómo se diagnostica?

Los signos de la parálisis de Bell son muy característicos, pero esos mismos síntomas pueden aparecer ante problemas mucho más graves, como por ejemplo un accidente cerebrovascular. Es por ello que es muy importante acudir a un médico especialista si presentas alguno de estos síntomas para que él determine si se trata de una parálisis facial o alguna patología más grave que debe ser tratada con urgencia.

¿En qué consiste el tratamiento para la parálisis de Bell?

Aunque en muchas ocasiones acaba remitiendo por si misma, hay tratamientos conservadores que se pueden realizar para acelerar el proceso de curación.

Desde el punto de vista médico, suelen pautar la toma de medicamentos antivirales y corticoides.

Desde el punto de vista de la fisioterapia, el tratamiento consistiría en intentar bajar la inflamación del nervio, para lo que se puede aplicar diatermia (radiofrecuencia) y relajar la musculatura que atraviesa el trayecto del nervio para evitar posibles compresiones, incluyendo tratamiento de la articulación temporomandibular, estrechamente relacionada con el trayecto del nervio facial.

Otro tratamiento podría ser la aplicación de acupuntura, para buscar relajar la musculatura y neuromodulación, para estimular la señal del nervio facial.

Información para aliviar la parálisis facial.

Servicio de Acupuntura

Ayuda del fisioterapeuta durante y después para la recuperación

El fisioterapeuta puede aplicarte el tratamiento oportuno desde el primer momento en que aparecen los síntomas. De esta manera se puede ayudar a frenar la evolución de los primeros días que puede ir en aumento, y a propiciar una recuperación más acelerada.

Además de recibir el tratamiento, es bueno tener unas pautas de ejercicios que puedes ir haciendo en casa para favorecer la recuperación. Esos ejercicios serán pautados por el fisioterapeuta y según tu evolución podrá ir modificándolos.

Una vez ha remitido la parálisis no tiene porqué volver a aparecer, un miedo muy común entre la gente que la ha padecido.

Ciática VS Síndrome del piramidal

El nervio ciático es el más ancho y largo del cuerpo. Comienza en la pelvis, va hasta la parte superior del muslo por detrás y se divide en dos ramas que siguen hacia abajo por la pierna.

¿QUÉ ES LA CIÁTICA?

ciatica/sd piramidalTodos habréis oído hablar de la famosa ciática. Esta tiene lugar por un atrapamiento del nervio ciático que provoca presión, o por una lesión del nervio a nivel de la columna vertebral. Generalmente ocurre sólo en un lado, y en personas de edad media que han tenido algún episodio de lumbalgia.

En los casos en que el problema está en la columna lumbar, suele producirse porque hay una hernia discal o una protusión (fase inicial de la hernia). Los niveles en los que esto ocurre son L4-L5 (entre la 4ª y 5ª vértebras lumbares) y L5-S1 (entre la última vértebra lumbar y el sacro).

Dependiendo del nivel que esté afectado, el dolor aparece en:

  • Parte posterior de la nalga, cara posteroexterna del muslo, cara externa de la pierna y cara dorsal del pie
  • Caras posteriores de nalga, muslo y pierna y planta del pie

El dolor se acentúa con el movimiento, esfuerzos o al estar un rato de pie quieto, y se calma con reposo. En algunos casos, aparecen además hormigueos o sensación de dormido.

Lo que mucha gente no sabe es que hay otra afección menos grave que también provoca una sintomatología muy similar, el síndrome del piramidal (o piriforme).

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL PIRAMIDAL?

El piramidal es un músculo que se encuentra en la pelvis, y va desde el sacro hasta la zona superior del fémur. Lo peculiar de este músculo es que dependiendo de cada persona, es atravesado por el nervio ciático, o éste pasa justo por debajo. Por este motivo, cuando el músculo está contracturado puede presionar el nervio y provocar ese dolor que va desde la nalga hacia abajo.

En muchas ocasiones, este dolor va asociado a una debilidad de los músculos lumbares, glúteos e isquiotibiales (parte posterior muslo), y una torsión del sacro.

Se dice que una de las causas también puede ser el llevar la cartera en el bolsillo trasero del pantalón, hábito que tienen la mayoría de los hombres y no va nada bien, ya que al sentarse presiona justo ese punto doloroso del piramidal, además de que deja ese lado de la pelvis más elevado y puede llevar a desajustes indeseados.

TRATAMIENTO

Si alguna vez sientes un dolor de este tipo, lo primero que debes hacer es acudir al médico o al fisioterapeuta para que te hagan una valoración y poder identificar de dónde viene el problema. En casos dudosos se realiza una resonancia magnética para comprobar los daños a nivel de la columna lumbar.

Si nos encontrásemos con lesión a nivel vertebral, una hernia discal, y es un caso de excesivo dolor, incluso paralizante, habría que recurrir a la cirugía. Si no llegase a hernia, sino que es por ejemplo una protusión y el dolor no es exagerado, recurriremos a tratamiento de fisioterapia o acupuntura, sobre todo para controlar el dolor, y sería recomendable hacer ejercicios para fortalecer la espalda, tipo pilates.

Si no hay lesión en las lumbares, lo más común es que sea síndrome del piramidal. En este caso, el tratamiento es más sencillo. La tarea principal es relajar el músculo para que deje de presionar el nervio, y esto se consigue con calor, masaje, estiramientos, y a mi me gusta mucho utilizar la electroacupuntura, que sería aplicar corrientes por medio de agujas, de manera que llegan a más profundidad y es muy efectivo.

Ahora ya sabéis que si algún día notáis dolor tipo ciática, no siempre hay porqué alarmarse. Aquí en Zaragoza, puedes visitarnos en Fisioterapia Eva Tello Cadarso y te podemos valorar para ver si es factible tratarlo con fisioterapia o acupuntura.

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