Dolor en el músculo trapecio

¿Quién no ha sentido alguna vez la zona del cuello hasta los hombros cargada? El dolor en el músculo trapecio es uno de los motivos más comunes de consulta por dolor de espalda. Muchas horas frente a un ordenador, trabajos que impliquen mantener la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, malas posturas, estrés… El estilo de vida que llevamos hoy en día parece que nos lleva a cargar los trapecios.

¿Dónde se encuentra el trapecio?

El trapecio es un músculo que se encuentra en la zona superior de la espalda. Es bastante extenso, tiene forma triangular abarcando desde el hueso occipital en el cráneo hasta el final de la columna dorsal (última vértebra torácica), y llegando hasta el acromion en el hombro. Si observamos ambos trapecios podemos ver la forma de un rombo.

dolor en el músculo trapecio

¿Qué es el músculo trapecio?

El trapecio es un músculo aplanado que ocupa una gran extensión en la espalda. Cada uno se divide en tres porciones:

  • Trapecio superior: va del occipital y cuello hacia el hombro, con una dirección descendente. Se encarga de elevar los omóplatos y rotar e inclinar el cuello.
  • Trapecio medio: de la zona dorsal alta hacia el hombro, con una dirección más horizontal. Permite que los omóplatos puedan moverse hacia atrás y ayuda a estabilizar los hombros en algunos movimientos del brazo.
  • Trapecio inferior: de la zona dorsal baja hacia el hombro, con una dirección ascendente. Ayuda a llevar los omóplatos hacia abajo.

¿Qué causa dolor en el músculo trapecio?

Es muy común encontrar contracturas musculares en el trapecio, en especial en el trapecio superior.

Hay mucha gente que simplemente por el hecho de estar estresados eleva ligeramente los hombros. Esta acción prolongada en el tiempo lleva a la fatiga muscular y tarde o temprano esa sobrecarga derivará en contracturas. Cuando esta elevación de hombros tiene lugar día tras día, la hipertonía del trapecio puede dar lugar a dolor en la zona en reposo, a la presión, cefalea tensional…

De igual manera, si tenemos algún hábito postural que nos obligue a mantener alguna otra porción del músculo en contracción constante, ya sea por mala postura, movimientos repetitivos durante la jornada laboral o por la práctica de algún deporte, el dolor puede aparecer en el trapecio medio o trapecio inferior.

Dolor crónico en el trapecio

Si estos malos hábitos o gestos necesarios en el desarrollo de nuestra actividad se realizan durante meses o incluso años, es muy probable que nuestro dolor de trapecio se vuelva crónico. El músculo ha aumentado su tono (contracción base) de manera constante y a poco esfuerzo que se realice puede dar lugar a la aparición de sintomatología leve o incluso llegar a un espasmo muscular fuerte, dando lugar a una tortícolis.

Síntomas de contractura en el trapecio

Existen distintos grados de gravedad cuando aparecen contracturas, todo depende del nivel de hipertonía del músculo y de si esa contractura está comprimiendo algún nervio o no.

Los síntomas en un estado leve-moderado pueden ser:

Tensión en el cuello

Acentuando la sensación de dolor en la parte posterior del cuello y el recorrido hacia los hombros a lo largo del día.

Pesadez de columna

El trapecio abarca toda la zona cervical y dorsal de la columna, por lo que cuando este músculo está tenso puede dar sensación de rigidez en la columna vertebral.

Sensibilidad aumentada

Siempre que hay una contractura podemos localizar en esta un punto gatillo, que es el punto de máxima contractura que nos hará sentir un dolor más agudo al presionarlo, incluso dar un dolor referido en la distancia. Por ejemplo, al apretar en mitad del músculo trapecio, sentir dolor en la zona de inserción de este en el occipital.

Cefalea tensional

Esa tensión muscular se transmite hasta la inserción del músculo en el hueso, en este caso el occipital, lo que desencadena tensión en otras estructuras circundantes a través de las fascias, un tejido conectivo que recubre y conecta todos los músculos. Es muy común sentir dolor en la zona del occipital y en las sienes.

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Cuando nos encontramos con un espasmo muscular en estado agudo, es decir, con una tortícolis, además añadimos otros síntomas como:

Limitación de la movilidad del cuello

El trapecio es un músculo muy importante para mover el cuello, por lo que si tenemos un espasmo muscular a este nivel, cada vez que queramos rotar, inclinar, flexionar o extender el cuello sentiremos dolor, más agudo en los movimientos en los que interviene el trapecio del lado lesionado. Ese dolor será el que nos impida avanzar en el movimiento.

Asimetrías

Al estar afectado sólo un lado, normalmente ese hombro queda más elevado o el cuello ligeramente inclinado debido al acortamiento del músculo trapecio durante el espasmo. Además, aumenta su grosor por lo que podemos ver un lado más inflamado que el otro.

Pérdida de fuerza

A veces puede dar sensación de que no somos capaces de sujetar la cabeza en su sitio, incluso puede aparecer temblor. En esos casos, puede recurrirse a un collarín para permitir al músculo estar en reposo.

Tratamientos para aliviar el dolor del músculo trapecio

Una vez tenemos sobrecarga en el trapecio, lo ideal es acudir a tu fisioterapeuta para que te haga una valoración, te de las pautas que se ajusten específicamente a tu caso y se ponga manos a la obra con el tratamiento.

Infórmate aquí sobre las técnicas que pueden utilizarse para aliviar el dolor del músculo trapecio

Información para aliviar el dolor en el trapecio.

Servicio de Fisioterapia

No obstante, puedes intentar aliviar el dolor a través de distintas técnicas:

Tratamiento de puntos gatillo

Puedes localizar los puntos más dolorosos en cualquiera de las tres porciones del trapecio y mantenerla presionada durante varios segundos hasta que sientas que el dolor va remitiendo. También puedes hacerlo tumbándote sobre una pelota pequeña y que tu propio peso ejerza esa presión sin necesidad de hacer fuerza.

Aplicar calor

Siempre que un músculo tiene hipertonía es aconsejable aplicar calor, ya sea con agua caliente, con una manta eléctrica, un saco de semillas o bolsa de gel calentados en el microondas, con infrarrojos, diatermia

Esto ayudará a relajar el músculo y facilitar que recupere su elasticidad.

Estiramientos

Es aconsejable estirar el trapecio una vez esté caliente y llegando siempre hasta el límite previo al dolor. Tenemos que sentir tensión pero no debemos llegar al punto de dolor que haga que nos protejamos de manera innata contrayendo el músculo.

Masaje descontracturante

Siempre realizado por un profesional. Nos ayudará a normalizar el tono muscular y recuperar la funcionalidad del trapecio.

Otras técnicas que puede realizar un fisioterapeuta y favorecerán la recuperación son la punción seca, electroterapia, movilizaciones osteopáticas, pauta de ejercicios de movilización, estiramiento y fortalecimiento posterior, corrección postural, etc.

Tiempo de recuperación

El tiempo de recuperación dependerá de la gravedad, no es lo mismo si hablamos de una ligera sobrecarga por algo que se ha hecho de manera puntual, a una persona que lleva años con contracturas en los trapecios por movimientos repetitivos en su trabajo o una persona que se ha “quedado clavada” al girarse de repente.

El de mejor pronóstico será el que esa contractura viene dada por haber realizado una actividad a la que no estamos acostumbrados y no vamos a realizar en un futuro. Con tratamiento en una sola sesión puede ser suficiente para irse sin dolor y que no vuelva a aparecer.

Si se trata de una persona con dolor crónico desde hace años, con dolor referido, cefalea tensional… es posible que necesite cambiar hábitos en su vida para poder deshacerse del problema, además de tratarse al principio de manera regular, para descargar ese músculo a un ritmo más rápido del que sus malos hábitos hacen que se vuelva a cargar.

En los casos de tortícolis los síntomas pueden durar varios días, pero con tratamiento y cuidado, puede remitir en unos 3 días, aunque dependerá mucho de cada persona.

Prevenir el dolor de espalda, cuello y cabeza

  • Tener buenos hábitos posturales
  • Ir bien estirado (creciendo desde la coronilla)
  • Tener la costumbre de estirar para recuperar nuestros músculos, ya sea tras el ejercicio, el trabajo o simplemente para evitar que nuestros músculos se vayan acortando
  • Practicar deporte de manera regular que tonifique nuestros músculos de una manera homogénea

En cuanto a este último punto,  no pasa nada por practicar deportes potencialmente lesivos como el golf o el tenis, en los que se realizan siempre gestos muy repetitivos, siempre y cuando estos vayan acompañados de otro ejercicio más saludable como el PilatesYoga o natación, en los que se tonifica, estira y mejora la postura y la respiración.

Desde luego, como siempre digo a mis pacientes,

Es mucho mejor prevenir que curar

 

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