Episiotomía: qué es y formas de recuperación

El término episiotomía a veces es un desconocido, salvo cuando uno se interesa por el tema de los partos, y para las embarazadas en muchos casos acaba siendo la “temida episiotomía”. Por otro lado está la opción de sufrir un desgarro vaginal, aunque no les pasa a todas las mujeres. Y también está la opción de hacer una buena preparación al parto e intentar evitar cualquiera de las dos opciones.

¿Qué es una episiotomía y para qué sirve?

La episiotomía es una cirugía menor que consiste en dar un pequeño corte en el perineo para hacer la abertura de la vagina más grande en el parto.

Muchas mujeres dan a luz sin necesidad de practicarles una episiotomía ni desgarrarse, pero en los casos en los que la piel y los músculos del perineo (aquellos que se encuentran entre la vagina y el ano) no son lo suficientemente elásticos, se recurre a esta técnica.

¿Qué es un desgarro perineal?

El desgarro perineal, también llamado laceración, sucede durante el parto cuando la cabeza del bebé avanza saliendo por la abertura vaginal. Tiene lugar en los casos en que la musculatura no se estira con facilidad o en los que la cabeza del bebé es demasiado grande y sobrepasa ese límite de elasticidad de los tejidos. De esta manera se hace más grande la abertura de la vagina para que la cabeza del bebé consiga salir.

¿Qué tipos de desgarros perineales existen?

Hay desgarros que implican únicamente a la piel que rodea la vagina. Estos suelen curarse por sí solos en unos días o semanas.

Otros desgarros son más extensos y requerirán de un tratamiento para evitar posibles secuelas.

Desgarro perineal de primer grado

El desgarro vaginal de primer grado es el más superficial. Implica sólo a la piel perineal, la que se encuentra entre la abertura vaginal y el ano, y en algunos casos también la mucosa vaginal.  Dependiendo de la extensión en algunas ocasiones ponen algún punto de sutura, pero no tiene mayor importancia y se cura en unas semanas.

Probablemente conlleve tras el parto que sientas un dolor leve o ardor mientras orinas, pero se acaba curando por sí sólo en la mayoría de los casos.

Desgarro perineal de segundo grado

Los desgarros de grado II son más profundos que los anteriores. Afectan además de a la piel y mucosa, a los músculos del periné y pueden extenderse dentro de la vagina, por lo que normalmente requieren sutura. El tiempo de recuperación será algo mayor, pero en unas semanas se cura.

Desgarro perineal de tercer grado

Los desgarros de tercer grado además de afectar a la pared vaginal y a los músculos del periné, el daño causado llega hasta el ano, afectando al esfínter anal, el músculo que controla la defecación.

En algunos casos, además de sutura en la sala de parto, es necesario hacer una reparación con anestesia en un quirófano a parte. El tiempo de recuperación es mayor, pudiendo llevar varios meses.

A veces, los daños ocasionados al esfínter anal puedes derivar en problemas mayores como la incontinencia fecal, el escape de las heces por la incapacidad de hacer un buen cierre al contraer el músculo.

Además puede haber dolor en la cicatriz o durante el coito al presionar y estirar las estructuras lesionadas.

Es recomendable acudir a un especialista en rehabilitación de suelo pélvico.

Desgarro perineal de cuarto grado

Los desgarros perineales de cuarto grado son los más graves, ya que las lesiones abarcan todo el esfínter anal y llegan hasta la mucosa del recto.

Con todas estas estructuras dañadas suele ser necesario recurrir a quirófano con anestesia, incluso ser intervenida por un especialista, ya que el problema de incontinencia fecal probablemente esté asegurado y hay que reparar el esfínter anal por completo y la membrana mucosa que recubre el recto.

Además, nos encontraremos con una cicatriz muy extensa que puede dar problemas de dolor, en especial durante la defecación y relaciones sexuales.

El tiempo de recuperación será de unos meses, y habría que recurrir a un especialista en rehabilitación de suelo pélvico para tratar las estructuras dañadas y mejorar la función del esfínter anal.

Información sobre rehabilitación suelo pélvico

Suelo pélvico

Diferencias entre el desgarro perineal y la episiotomía

La episiotomía surgió como alternativa al desgarro en los casos en los que la musculatura del periné no es capaz de asumir todo el estiramiento que requiere la salida de la cabeza del bebé durante el parto.

La episiotomía es un corte que realiza la persona que atiende el parto en la pared vaginal y el periné para conseguir más espacio para que salga el bebé. Sin embargo, el desgarro ocurre cuando el empuje de la cabeza del bebé desde dentro estira tanto los tejidos de la madre que terminan por desgarrarse durante el parto.

Y aquí empieza el debate…

¿Mejor episiotomía o desgarro?

Mucha gente critica que hay médicos que practican episiotomías por norma general para facilitar la salida del bebé durante el parto.

Lo ideal es no necesitar ni una cosa ni otra, es decir, lo ideal sería tener una piel y músculos lo suficientemente elásticos como para poder dar a luz sin tener que ampliar más el orificio de salida. Pero ¿cómo se consigue tener un periné elástico?

Mucha culpa la tiene la genética, dependiendo del colágeno y tono muscular que se tenga. Pero a parte, para mejorarlo existe la preparación al parto. En estas sesiones se relaja y estira la musculatura, además de aprender a hacer pujos de mayor o menor intensidad según sea necesario, para permitir que la salida del bebé sea lo menos traumática posible.

Si a pesar de haberse preparado en el momento el ginecólogo ve que si los músculos perineales se estiran más puede acabar en desgarro, es cuando suele intervenir (salvo que la madre haya expresado con anterioridad su voluntad de no practicarle episiotomía).

Hay gente que defiende que es mejor un desgarro porque el músculo se rompe por donde debe romperse y la recuperación es mejor.

Aunque por otro lado, la episiotomía suele practicarse en la zona posterolateral para que la dirección no sea hacia el ano y así evitar llegar a los problemas que acarrean los desgarros de tercer y cuarto grado.

Tratamiento de la cicatriz tras la episiotomía

La episiotomía suele practicarse en el lado derecho de la mujer, si el ginecólogo es diestro, o en el lado izquierdo si utiliza la tijera con la zurda.

Dependiendo de la falta de elasticidad o lo grande que haya sido la cabeza del bebé, la cicatriz puede tener mayor o menor extensión, y los posteriores problemas que pueda dar la cicatriz en muchas ocasiones dependerá de la cicatrización que tiene la mujer, o de los cuidados que haya hecho de ella.

Si se tiene alguna molestia, ya sea de normal, al estar sentada, durante las relaciones sexuales o al realizar esfuerzos, se debe acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que valore la calidad del tejido y si hay adherencias. En caso de que sea necesario, podrá llevar a cabo el tratamiento oportuno.

Hay distintas técnicas de tratamiento de cicatriz tras episiotomía. Algunas de ellas son:

  • Terapia manual
  • Radiofrecuencia (diatermia)
  • Vibración
  • Electroterapia

¿Se puede prevenir una episiotomía?

No hay dos mujeres iguales, dos bebés iguales ni dos partos iguales, por lo que nunca se sabe a ciencia cierta si un parto va a ser fácil o difícil. Lo que sí se puede hacer es anticiparse a los problemas que pueden aparecer y tenemos técnicas para llegar lo mejor preparadas posible al momento del parto.

Sí es posible prevenir tener que recurrir a una episiotomía o sufrir un desgarro. Con la preparación al parto llevada por un buen profesional, un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico que no sólo preparará tu cuerpo y tu periné, sino que te dará las pautas necesarias para participar activamente en el parto y saber cómo actuar y facilitar el trabajo del ginecólogo o matrona, y la salida del bebé, disminuyendo el tiempo del expulsivo y, por tanto, el sufrimiento fetal.

Con esto no podemos asegurar que con la preparación al parto no tengan que hacerte una episiotomía, pero sí reducirás las probabilidades, además de acortar los tiempo de recuperación en el postparto.

Masaje perineal en el embarazo: qué es y para qué sirve

El suelo pélvico constituye la base de nuestra cavidad abdominal y es el encargado de mantener en su sitio órganos tan importantes como la vejiga, el útero o el recto.

Durante el embarazo este conjunto de músculos se ve sometido a un esfuerzo extra para sostener el peso del bebé y cuando llega el parto debe estirarse de una manera increíble para conseguir que la cabeza del bebé y su posterior cuerpo salgan. Y es más, una vez se ha dado a luz, el suelo pélvico tiene que recuperarse en un tiempo récord para seguir realizando sus funciones correctamente.

Con esta primera visión… ¿vas entendiendo la importancia de hacer una buena preparación al parto?

¿Qué es el masaje perineal?

Lo primero que voy a hacer es explicarte qué es el masaje perineal.

Se trata de la relajación de los músculos del periné que rodean la vagina mediante un masaje con uno o dos dedos.

Tiene distintas aplicaciones:

Hipertonía del suelo pélvico (vaginismo)

Se trata de una disfunción del suelo pélvico. Las mujeres que lo sufren pueden tener dolor durante las relaciones sexuales, dificultad para ponerse un tampón o dolor crónico en la zona pélvica. Una de las causas más comunes es la ansiedad o el estrés, provocan una tensión continuada en la musculatura del suelo pélvico (y muy posiblemente del diafragma). En estos casos, el masaje perineal está muy indicado para normalizar el tono (contracción base) de estos músculos, conseguir elasticidad y disminuir el dolor.

Preparación al parto

El masaje perineal es una técnica preventiva que se realiza en mujeres embarazadas para preparar y proteger el periné de las agresiones que puede sufrir durante el parto. De esta manera se consigue relajar la musculatura mejorando su elasticidad para facilitar el parto y reducir el dolor perineal durante el postparto con una mejor recuperación posterior de la musculatura.

Tratamiento de cicatrices

Además de relajar la musculatura, también podemos tratar cicatrices masajeando la zona perineal para trabajar posibles adherencias y mejorar la calidad del tejido.

¿Para qué sirve el masaje perineal en embarazadas?

El masaje perineal cada vez es más conocido dentro del mundo del embarazo y la preparación al parto, y no es para menos viendo todos los beneficios que aporta a la madre, facilitando el parto, por lo que hay menos riesgo de sufrimiento fetal y se facilita el trabajo de la persona que asiste el parto, ayudando a evitar tener que recurrir a practicar una episiotomía.

Beneficios del masaje perineal

  • Relaja y aumenta la elasticidad de los músculos del periné
  • Mejora la circulación sanguínea del periné y, por tanto, la calidad de los tejidos
  • Promueve el conocimiento de la anatomía corporal propia
  • Reduce la incidencia de episiotomías y desgarros durante el parto
  • Mejora la recuperación postparto, disminuyendo el dolor perineal
  • Permite la participación de la pareja de una manera activa
  • Técnica natural que no tiene efectos perjudiciales

¿Cuándo empezar el tratamiento?

Las sesiones de preparación al parto, incluyendo el masaje perineal puede comenzar a realizarse a partir de la semana 32 de gestación.

Lo ideal es acudir a un fisioterapeuta especializado para que haga una primera valoración de tu suelo pélvico y determine el tratamiento más adecuado para ti.

Normalmente realizamos en consulta una sesión semanal, aunque si la mujer embarazada y su pareja están de acuerdo, podemos enseñar en consulta a la pareja a realizar el masaje perineal en casa para hacer un mantenimiento entre una sesión y otra, o incluso se le puede enseñar a la propia embarazada a realizárselo a sí misma, aunque a estas alturas de embarazo puede resultar un poco incómodo acceder a la zona y conseguir dejar el periné relajado.

Masaje perineal desde el punto de vista de la fisioterapia

El trabajo que realizamos dentro del campo de la fisioterapia obstétrica es preparar no sólo el suelo pélvico con masaje perineal, sino acompañar a la futura madre en este proceso y prepararle para el momento del parto.

Tras una completa valoración postural, del abdomen, suelo pélvico… preparamos todas las estructuras para que lleguen lo mejor posible al parto, donde el periné debe estirarse hasta conseguir que salga la cabeza del bebé de unos 10 centímetros de diámetro.

La madre debe saber respirar, realizar los pujos correctamente, a pesar de que le pongan epidural y pierda la sensibilidad y el reflejo de pujo, y conseguir terminar con un periné íntegro sin puntos, porque con el trabajo del masaje perineal, EPI-NO, simulación de pujos, etc. se ha conseguido una buena participación de la madre y una calidad óptima de los tejidos para afrontar este momento tan delicado y especial en la vida de la mujer.

 

Información sobre Preparación al parto

Servicio de Preparación al parto

Diástasis abdominal: síntomas, tratamiento y ejercicios

La diástasis abdominal es especialmente conocida dentro del mundo del postparto, aunque no todas las mujeres que han pasado por un embarazo la conocen, ni es exclusiva de estas. Probablemente, quien ha escuchado hablar de ella sea porque después de dar a luz la tripa sigue muy “descolgada”, al levantarse se ve un hueco en la parte central del abdomen o la zona cercana al ombligo sale hacia fuera al hacer un esfuerzo. Si has llegado hasta aquí, seguramente lo que te voy a contar te interese.

¿Qué es la diástasis abdominal?

La diástasis abdominal es la separación de los rectos abdominales por un daño en el tejido conectivo que los une, por lo que también puede ser llamada diástasis de rectos.

Los rectos abdominales son los músculos famosos por formar (para quien los trabaja) la “tableta de chocolate” o “cuadraditos”. Entre ellos existe un tejido conectivo cuya función es mantenerlos unidos, a nivel de la línea alba. Este tejido conectivo puede ver alterada su estructura y función cuando se estira en exceso, como puede ser el caso de las embarazadas o personas con el abdomen muy voluminoso.

Todos podemos llegar a tener separación entre los rectos, seas hombre o mujer, de cualquier edad o si eres deportista o no. Lo que está claro es que durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta un aumento en el volumen del abdomen muy grande en tan sólo unos meses. Es normal tener diástasis durante el embarazo, es un proceso natural, de hecho el 66% de las embarazadas tiene diástasis de rectos durante el tercer trimestre de gestación. Se convierte en un problema funcional y estético cuando una vez se ha dado a luz ese abdomen no se recupera como es debido.

¿Cómo saber si tengo diástasis abdominal?

Lo ideal es acudir a un fisioterapeuta especializado en estos temas. Te hará una valoración manual que puede completarse realizando una ecografía para medir cuantitativamente la separación entre los rectos y ver la evolución a lo largo del tratamiento, además de comprobar cómo se comporta ese tejido dañado a nivel funcional.

No obstante, para hacerte una idea y sin que sustituya a una valoración por parte de un profesional, puedes realizar tú misma un sencillo test.

Túmbate en una superficie estable que no se hunda boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies bien apoyados. Coloca las yemas de los dedos justo por encima del ombligo. Para contraer los rectos del abdomen realiza un abdominal tradicional levantando cabeza y hombros (puedes colocar la otra mano detrás de la cabeza para ayudarte) y verás como se marcan lo que serían los “cuadraditos”. Si entre ellos te caben al menos dos dedos, quiere decir que los rectos tienen más de 2 centímetros de separación entre ellos, lo que indica que sí existe diástasis abdominal.

Síntomas de diástasis abdominal

La mayoría de las mujeres que padecen diástasis abdominal acuden a mi centro porque lo identifican con un problema estético, tienen el vientre flácido y descolgado, con estrías o más volumen del que tenían antes del embarazo, pero se trata también de un problema funcional que puede dar lugar a otros desarreglos.

Los principales síntomas de la diástasis abdominal son:

  • Flacidez y abombamiento del abdomen
  • Bultos en la zona central del abdomen al realizar esfuerzos
  • Dolor lumbar o pélvico
  • Malas posturas
  • Problemas digestivos: malas digestiones, gases, estreñimiento
  • Dolor abdominal
  • Disfunciones de suelo pélvico: incontinencia, prolapsos…

En los casos de diástasis de rectos el principal problema es que esa pared abdominal no es competente y muchas veces va ligada a la falta de tono muscular en el transverso del abdomen tras el embarazo, que es nuestra faja abdominal natural. Esto lleva a que el vientre quede más voluminoso, flácido y descolgado, además de que cuando aumenta la presión en la cavidad abdominal (al levantar peso, toser, hinchar un globo…) la zona central que está dañada sale hacia fuera porque no es capaz de contrarrestar ese aumento de presión.

Cuando la faja abdominal no es capaz de realizar bien su trabajo, repercute directamente a nuestro suelo pélvico, que en los casos de postparto se encuentra también debilitado. Al someter a más presión al suelo pélvico por la mala gestión de presiones en la cavidad abdominal, hay más riesgo de que aparezcan disfunciones del suelo pélvico, como incontinencia urinaria, prolapsos (de vejiga, útero o recto) o dolor en la región pélvica.

El “core” es muy importante para mantener una buena postura. Si la zona abdominal está débil, nos puede repercutir directamente en la postura, ya que la pelvis y la zona lumbar no se mantienen en su posición normal debido a la falta de sujeción. Esto puede dar lugar a dolores de espalda.

Además, el sistema digestivo también se ve alterado al desplazarse hacia delante las vísceras, donde antes encontraban una pared (la abdominal) que las sujetaba. Esto puede repercutir en malas digestiones, gases o estreñimiento al dificultar el tránsito intestinal.

Diástasis durante el embarazo y postparto

Como comentaba antes, durante el embarazo es normal que los rectos se separen para hacer hueco al bebé que va creciendo dentro cuando los músculos no son capaces de estirarse más. Durante los últimos meses todas las estructuras se ponen a prueba.

Podríamos asemejar la diástasis abdominal a nivel interno con las estrías a nivel externo. Tanto el tejido que une los rectos como la piel sobrepasan su capacidad de estiramiento y ya no son capaces de volver a su estado anterior. Pueden aparecer las dos, una o ninguna.

Para prevenir que aparezca demasiada diástasis durante el embarazo es muy importante partir de un buen punto:

  • Tener un mínimo tono en la musculatura abdominal, en especial el transverso del abdomen
  • Evitar el sobrepeso
  • Llevar una buena alimentación e hidratación
  • Ponerse crema hidratante en el abdomen

Y para recuperarse en el postparto, una vez se ha dado a luz, es muy recomendable:

  • Ponerse al principio una faja que mantenga el abdomen lo menos descolgado posible
  • Evitar las malas posturas, elongando bien la columna (intentando que el pubis y la punta del esternón estén lo más alejadas posible)
  • Empezar a tonificar en cuanto sea posible el transverso del abdomen (y suelo pélvico)
  • En caso de ser necesario, el fisioterapeuta te puede aplicar radiofrecuencia (diatermia) para mejorar los tejidos, tanto el de la diástasis como el aspecto de la piel

La fisioterapia ante la diástasis abdominal

Algunos de los consejos anteriormente mencionados para la recuperación de la diástasis abdominal durante el postparto deberían ir acompañados de la supervisión de un profesional. El fisioterapeuta especializado en estos temas será quien determine qué es lo más indicado para tu caso particular, ya que hay aspectos comunes, pero no hay dos embarazos ni dos partos iguales.

Siempre recomiendo una valoración de abdomen y suelo pélvico una vez pasada la cuarentena para saber de qué punto partimos y saber qué recorrido debemos llevar para recuperarnos lo mejor posible.

Por ejemplo, para tonificar el abdomen y el suelo pélvico de una manera saludable y sin asumir riesgos innecesarios, lo ideal es aprender a hacer los ejercicios con un fisioterapeuta.

Ejercicios para prevenir y curar la diástasis abdominal

Algunos de los ejercicios que pueden hacerse sería subirse a un tronco de propiocepción. Con el desequilibrio activamos toda la faja abdominal y el suelo pélvico sin ser conscientes de ello, además de mejorar la postura.

También es muy recomendable la práctica de Gimnasia Abdominal Hipopresiva, donde disminuimos la presión intraabdominal en vez de aumentarla para trabajar los músculos abdominales.

Información sobre el tipo de gimnasia

Gimnasia Abdominal Hipopresiva

La combinación de una buena higiene postural, la practica de ejercicio adaptado al postparto y tratamientos para acelerar y mejorar el proceso serán tus mejores aliados.

¿En qué consiste la preparación al parto?

Desde los hospitales o centros de salud suelen ofrecen clases de preparación al parto principalmente teóricas y en algunas ocasiones con algo de práctica. Muchas mujeres creen que esa es toda la preparación que pueden tener. Afortunadamente, cada vez se informa más de la opción de preparar nuestro periné y recurrir a la fisioterapia obstétrica, aunque en muchas ocasiones es todavía una desconocida. Es por ello por lo que escribo esta entrada de blog, para dar a conocer todos los beneficios de la preparación al parto desde el punto de vista de la fisioterapia.

Se recomienda empezar con las sesiones de preparación al parto a partir de la semana 32 de embarazo. El primer día hacemos una valoración exhaustiva de tu postura, abdomen, pelvis, musculatura del suelo pélvico… Con toda esta información determinamos el tratamiento a seguir durante las siguientes semanas hasta el parto.

La condición “perfecta” de cualquier músculo es que sea fuerte y elástico. En el caso del periné, nos interesa que sea elástico de cara al parto, para que tenga la capacidad de estiramiento suficiente como para que no se produzca ningún desgarro o haya que practicar una episiotomía. Y además fuerte, para que sea capaz de sostener el peso que va en aumento en la cavidad abdominal y de recuperarse lo más rápido posible tras el parto.

Para conseguir que la musculatura del suelo pélvico gane fuerza y resistencia, se te pautarán ejercicios de Kegel para que puedas ir haciendo en casa a diario, según la valoración realizada previamente.

Desde la primera sesión comenzaremos con el masaje perineal para ir preparando la musculatura. Es tu opción si quieres que tu pareja venga a que le enseñemos a darte masajes. En caso de que ambos estéis de acuerdo, primero lo realizará la fisioterapeuta para que sientas la presión y las maniobras de masaje. Posteriormente, se lo explicaremos a tu pareja para que lo realice allí mismo siendo supervisado y tú serás quien vaya orientándole comparando con lo que has sentido previamente durante el masaje de la profesional.

Durante las sesiones iremos comentando distintos temas relacionados con el embarazo, el parto, la maternidad… puedes comentarnos todas tus dudas, miedos o inquietudes, tanto si es tu primer embarazo, como si ya has pasado por ello.

En las sesiones utilizaremos también el EPI-NO, una sonda vaginal con forma de globo que nos ayudará a dar masaje, relajar la musculatura del periné e ir estirándola, acercándonos poco a poco al objetivo. Durante el parto, esa musculatura tiene que llegar a formar un diámetro de unos 10cm, que es lo que mide aproximadamente la cabeza de un bebé. Con el EPI-NO podemos llegar hasta un máximo de 7cm.

Evidentemente no es necesario llegar a tanto para ser capaces de quedarnos con un periné íntegro, ya que cuando te pones de parto, tu cuerpo segrega grandes cantidades de hormonas que aportan elasticidad extra a tus tejidos para que sea capaz de salir el bebé. De esta manera, entre el tratamiento previo y el “chute” de relaxina, aumentan las posibilidades de que el suelo pélvico no sufra en exceso.

Otra parte MUY importante de la preparación al parto es la simulación de pujos. Durante las últimas semanas, practicaremos pujos reales con el EPI-NO, será como “dar a luz al globito”. De esta manera, serás capaz de sentir lo que sucede en el expulsivo, donde no tendrás demasiada sensibilidad si decides ponerte la epidural. La fisioterapeuta sentirá si los pujos que realizas son realmente efectivos, si la fuerza que ejerces va en buena dirección, si tu postura es la adecuada…

Te enseñaremos a realizar distintos tipos de pujos dependiendo del momento del parto en el que te encuentres. De esta manera, llegarás con mucha más seguridad y confianza en ti misma, sabiendo que conoces las sensaciones y la fuerza que debes ejercer y la respiración que debes llevar.

Tener un hijo es probablemente la decisión más importante de tu vida y traerlo al mundo no es una tarea fácil, pero con ayuda lo es mucho más.

Si después de leer esta entrada sigues con dudas, escríbenos y estaremos encantadas de resolver todas esas cosas que se te pasan por la cabeza!

Además, puedes echar un ojo a nuestros packs de embarazo, para que los meses de gestación se hagan mucho más llevaderos.